Para mi pequeño travieso, a quien con
el corazón lleno de tristeza tuve que robarle
horas de convivencia, cuidados y juegos para
poder terminar mi carrera, agradeciéndole que
a cambio al verme brille su mirada y corra con
alegría hacia mí brindándome sonrisas y mil
besos, demostrándome así su gran cariño.
Para tí hijo, que desde que naciste eres
mi mayor ilusión, mi valentía, mi fuerza,
mi alegría… la razón de mi vida!
Con mi más grande amor.